¿Por qué el estrés nos hace engordar?
Una de las relaciones más claras entre nuestra mente y nuestro cuerpo se da con la comida. Sea para celebrar, sacar nuestras penas o acompañarnos para afrontar el estrés del trabajo, acudimos a aquel pastel de chocolate o ese litro de helado; comemos nuestras emociones. Recurrimos a la comida como una manifestación de aquello que queremos sentir o cambiar. Esto lo vemos claramente cuando por estrés o nervios comemos para relajarnos. Pero la relación va más allá de cómo nos hace sentir la comida.
El estrés es una reacción de nuestro organismo que indica que debemos estar alerta ante el peligro. Cuando nuestro cerebro detecta una amenaza, desde una
serpiente hasta la posibilidad de tener problemas en el trabajo, los niveles de adrenalina y cortisol se elevan preparándonos para huir o luchar según sea el caso;
una vez que la adrenalina se desvanece el cortisol, que aún está presente, indica que es necesario conseguir reservas de alimento. Lo que aumenta el apetito.
Otro efecto del estrés es el insomnio; la falta de sueño a su vez, afecta el metabolismo debido a que altera el funcionamiento de la grelina y leptina, hormonas que
regulan el apetito. La leptina se reduce, la grelina aumenta y nos da más hambre. Por otro lado, de acuerdo con una investigación del Instituto Garvan de Australia,
el estrés crónico hace que el cerebro libere un neuropéptido llamado Y2, lo que provoca un aumento de tejido graso en el organismo y subimos de peso.
Todos estos efectos combinados del estrés, sin mencionar el hambre emocional, hacen que sea una de las principales causas de obesidad. El estrés nos hace subir
de peso no sólo por lo que comemos, sino por cómo afecta a nuestro organismo.
Aprender a manejar nuestro estrés no sólo puede beneficiarnos a nivel psicológico, sino que favorecerá nuestro estado de salud físico. Para evitar que el estrés
nos haga subir de peso, hay pequeñas cosas que podemos hacer:
Hacer ejercicio: Reduce el cortisol, lo que combate el estrés y aumenta las endorfinas, lo que nos ayuda a sentir mejor.
Encontrar alternativas a la comida: Acudimos a la comida porque los efectos de lo que comemos nos hacen sentir bien. Sin embargo, hay otras alternativas que nos permiten reducir el estrés tales como caminar, leer, jugar con tu mascota o meditar.
Escribir: Además de mantenerte ocupada y alejarte del refrigerador, escribir puede ayudar a aclarar tu mente y poner en perspectiva todo lo que te preocupa.
Fuente:SuperMujer
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